jueves, 30 de diciembre de 2010

Capitulo 4. Necesito

Comencé a caminar rápido hacía la puerta, con la cabeza agachada, avergonzada. Tan avergonzada, me había metido en una casa por puro impulso.
Sentí pasos detrás mio, pero no paré ni miré al chico que estaría allí.
-Flora -me llamo, yo seguí con mi camino. En este momento estaba tan enojada conmigo misma, yo y mi estúpida curiosidad. -Flora, espérame -dijo tomando mi brazo. Yo paré pero no me di vuelta, no quería ver su cara cuando me decía mil y un cosas por haber entrado así e invadir su privacidad. -¿Por qué se fue así? -dijo mientras me soltaba. ¿Arrepentido? No lo sé.
-¿Por qué me lo pregunta? -conteste sin mirarle a la cara. Por alguna razón le conteste con una pregunta, algo que odio que me hagan, pero disfruto haciendo. Raro
-Por favor, no fue mi intención... -comenzó a disculparse pero yo lo callé con uno de mis irritantes "Shh" el se quedó callado, confundido a mi lado.
-La que tendría que disculparse soy yo, yo entré en un lugar que no es mi casa y me entrometí en sus asuntos. Juro que no era mi intención, pero como todo lo que hay aquí en "Flabella", esta casa me decía que debía entrar, no lo sé... disculpe -dije todo sin pausas, totalmente rápido. Como hacía siempre que estaba nerviosa. Estar con este chico me producía más nervios aún que la misma situación.
-No vine a disculparme, y usted tampoco debería -dijo tímidamente. Mi silencio lo tomo como un signo de pregunta, ¿de que estaba hablando? ¿para qué me llamaba entonces? Como si me hubiese leído la mente, sin que yo emitiera ninguna duda, el me las aclaro lo más pronto posible -No le dije mi nombre -seguido de una pequeña risa, la cual hizo que mis piernas temblaran -Me llamo Ovatsug -se presentó. Pero que nombre raro, en realidad "Ovatsug" ni siquiera es un nombre, este tipo me estaba tomando el pelo.
-¿Ovatsug? Por favor! -dije sin creerle, todavía sin mirarlo
-Si supieras los nombres de todos por aquí, algunos son más raros. Mis padres solo mezclaron las letras de un nombre muy común en la dimensión "La mesa de los sabios" -dijo tranquilo
-¿Qué? -no entendía de nada de lo que hablaba
-Me llamo de alguna manera, Gustavo -me explicó
-Ese nombre es común en mi dimensión -¿por qué habrá dicho la mesa de los sabios?
-Exacto -no quería seguir hablando así que no le pregunte la duda que se me cruzaba por la cabeza. De seguro me estaba confundiendo. Sin decir palabra alguna me aleje de allí y me dirigí al exterior.
Una vez lejos de la casa, sin darle oportunidad a Ovatsug a que me siga, busque a Atempa. Quería volver a mi casa a mi lugar, quería dormir. Ya que el sueño me estaba matando.
Quería aclarar cosas en mi mente, porque todo esto me parecía irreal, pero tendría que creerlo para volver.


La vi a lo lejos hablando con otras haditas, sonrientes y saltando de una lado para otro. Me acerqué y desde atrás la llame
-Atempa -dije en susurro. Ella se asustó y pego un grito terrible, me habría dejado sorda de seguro. -Quiero volver a mi casa, necesito dormir -le exigí una vez que se calmo
-Oh si querida, ven conmigo -y me guió.
Caminamos y caminamos, me estaba cansando, y parecía una niña pequeña pregunte a cada segundo "Ya llegamos?" se notaba que a Atempa la estaba hartando ya que en un momento que estaba por repetir esa pregunta grito algo en no sé que idioma "SHAMBE SANVERE JURA LEAJ... PORJ SEDF TU CHAMMNE"... no sé que querría decir, pero mejor no saberlo.
Se paro enfrente de una casa muy parecida a esa casita en la que me metí ese mismo día, yo la mire confundida. La casa era pequeña o eso se mostraba, techos bajos y colores apagados, era lo único que la diferenciaba de la otra, colores apagados.
Atempa abrió la puerta y con sumo cuidado me invitó a pasar. Había un pasillo donde había dos puertas, una que decía "Shendo" y otra que decía "Mercer", no entendía que querían decir esas dos palabras así que decidí que ella me guiara. Con una llave distinta a la de la puerta principal abrió la que decía "Mercer".
Al entrar todo era distinto a lo que imagine que abría dentro de la casa.
Techos altos, sillones y decorados por todas partes. Un reproductor de música, o eso me pareció que era, estaba en un escritorio cerca de la biblioteca. Me mostró la cocina que estaba muy bien decorada, con una mesita redonda en medio y 6 sillas. Luego el comedor que tenía una mesa larga, muy larga, con por lo menos 20 sillas o más, no llegue a contarlas. Me siguió mostrando cada parte de la casa, y cada una era diferente.
Al fin llegamos a una habitación, la cual tenía una pequeña cama, un escritorio, una ventana con cortinas turquesa y el techo que parecía como el cielo, tenía nubes y se veía un sol pintado. Muy bonito.
-Esta es tu habitación, allí tienes el armario, así que si quieres cámbiate y dormí. Luego será un día atareado -dijo mientras cerraba la puerta tras de mi. Me acerqué al armario y al abrirlo miles de vestidos estaban colgados, un cajón que decía "Sfenden" lo abrí y había todo tipo de zapatos. Otro cajón que decía "Werne" lo abrí y había dos pijamas, uno para invierno y otoño y otro para primavera y verano.
-Yo te dije a mi casa, no a este lugar -grité para que Atempa escuchara. Sin siquiera pasar un minuto ella se encontraba detrás mio.
-Esta es tu casa, ¿no es genial? -dijo sonriente, la mire confundida.
-No lo es, mi casa no es así, mi casa esta en mi dimensión -dije enojada y confundida a la vez.
-Esta es tu dimensión, y esta tu casa. En realidad la casa que era de tu papá. Esta habitación era de su hermana. Es decir tu tía. -me explicó
-Oh -no supe que decir, me sentía cansada, y ninguna respuesta lógica se me ocurría.
Pregunté donde había una especie de baño y me señalo una puertita del armario, la abrí y allí se encontraba una bañera, un inodoro, una canilla y un gran espejo. Esto es imposible.
Entré con sumo cuidado, y vi que había cepillos y todo tipo de artefactos para el pelo. Me cambié y me até el pelo en una cola de caballo, luego me vi al espejo.
-No es posible todo esto -dije mientras salía. Atempa no se encontraba así que decidí recostarme y al cabo de unos segundos quedé en manos de Morfeo.


Me desperté con los ruidos que seguramente provenían de la cocina, ya que eran ollas y todo tipo de cosas. Salí cuidadosamente de mi habitación y me dirigí hasta allí. Sentado en la mesa viendo un librito de recetas con millones de ingredientes a su alrededor se encontraba aquel chico que con solo mirarme y/o hablarme, me hacía temblar.
Lo miré desde la puerta sin que se diera cuenta de mi presencia. Estaba tratando de hacer una comida, y leía con atención aquel librito, enojado o eso me pareció a mi.
Sus ojos verdes, esos ojos tan hermosos, estaban atentos a cada palabra de la libreta que tenía en sus manos.
Me aclare la garganta, para llamar su atención pero no lo logre, estaba demasiado concentrado.
-¿Ahora sos vos el que se mete sin pedir permiso? -dije al fin, ¿cómo salieron esas palabras de mi boca? Yo nunca me habría animado.
-Flora -dijo para luego caerse de la silla, y de un movimiento fugaz estar parado de los tranquilo. Me sonrió y me sentí en las nubes, como si nada allí existiera solo el. -No vine sin pedir permiso -me miró y yo le demostré mi confusión con una sola mirada, el pareció entender -Soy tu cuidador, y tu entrenador -me dijo sonriente, por unos segundos no podía entender de que estaba hablando. ¿Mi cuidador? ¿mi entrenador? Hasta que al fin caí, mi entrenador en magia debe ser... pero... ¿por qué cuidador?
-Mi cuidadora es Atempa, ¿no es así? -pregunté confundida
-No, Atempa solo debía mostrarte el lugar, y ya lo hizo. Ahora soy yo, y también tu entrenador por el tema de la magia, te voy a enseñar cosas de este mundo -dijo sonriente, yo le correspondí la sonrisa.
Le pedí permiso para retirarme e ir a cambiarme ya que estaba con la ropa para dormir, y por alguna razón no me gustaba que me viera desarreglada.

Cuando volví a la cocina el ya había dejado de lado todas las ollas y los ingredientes, estaba concentrado en un libro grande que se encontraba en la mesa. Yo me quede a observarlo, el era distinto a los demás chicos -bueno si era un mago eso lo hace distinto- pero la forma de mirar, de hablar, de sonreír. Me hacía sentir... distinta. Me quede concentrada observando cada detalle de el; su pelo despeinado pero verdaderamente hermoso, sus ojos verdes profundos, su nariz, su boca. Todo el era magnifico.
Ya totalmente absorta en mis pensamientos, sentí un murmullo cerca de mi. No era de el, no era mio. ¿Quién podrá ser?
Ese murmullo se hacía cada vez más constante, palabras que no sabía que querían decir se escuchaban por toda la casa. Comencé a asustarme, ya que parecía que Ovatsug no se estaba dando cuenta de lo que yo esta escuchando. ¿Estaré loca? Si estas loca Flora, mira el mundo en el que estás y ahora escuchas murmullos más y más fuerte y encima hablas en 3ra persona.
Justo antes de preguntarle al hermoso chico que tenía enfrente si escuchaba esos murmullos algo toco mi hombro y me susurraron al oído "Derpt" yo del susto salte y fui corriendo hacía los brazos de Ovatsug que me recibió sorprendido. Risas se escuchaban detrás de mi una vez que estaba envuelta en los brazos de el.
-Atempa me parece que no es justo que la asustes así -dijo Ovatsug mientras me abrazaba
-Jajaj, es que tendrías jajajja que haberla jajajaj visto -dijo Atempa entre risitas yo ya estaba enojada
-Si la vi, y por eso te digo no lo vuelvas a hacer, ya es demasiado que tenga que estar aquí -regaño a la pequeña hadita -Ahora le pides disculpas -dijo enojado, hay por dios se preocupaba por mi.
-Flora -dijo Atempa mientras se acercaba hacía mi -discúlpame, no pensé que te ibas a asustar, ¿Esta bien? -dijo con una sonrisa en la cara.
-NO, NO TE DISCULPO, NO TE DISCULPO POR HABERME SACADO DE MI CASA PARA TRAERME A ESTE LUGAR QUE NO CONOZCO Y NO TE DISCULPO POR QUERER ASUSTARME !! -grité para luego salir corriendo a mi habitación.
Me largué a llorar una vez que estaba en la cama, no podía más, quería volver. Quería mi vida otra vez, mi vida aburrida e imperfecta, pero mi vida al fin. La quería de regreso.
Pasaron los minutos y las lagrimas no cesaban, solamente salían y yo no podía controlarlas, ni quería.
Tocaron mi puerta y yo no conteste, no quería estar con nadie solo quería estar sola. Abrieron la puerta despacio y yo estabas de espaldas a ella. Si era Atempa no quería verla ni hablar ni nada. Ese ser que estaba en mi habitación se sentó a mi lado en la cama, pero del que yo estaba de espaldas, me tocó el hombro para que me diera vuelta pero no quería.
-Flora, mírame -dijo una voz tranquila y armoniosa a mi lado. Era Ovatsug, me di vuelta lentamente para luego encontrarme con ellos ojos, que me veían ¿preocupado? Me seco una de las lagrimas que estaba por caer de mis ojos, me dedicó un bella sonrisa -No llores, estoy acá -dijo mientras me abrazaba, un abrazo eso era lo que necesitaba.
-Gracias -logré decir
-Solo quiero que sepas, que muy pronto te voy dar las respuestas de todas tus preguntas -me dijo para luego abrazarme más fuerte y quedar en silencio.



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Este es el capitulo 4, necesito. ojala les haya gustado
Besos amigos virtuales (:

1 comentario:

  1. Hola Mile... tu historia me gusta mucho, lamento no pasar mas seguido... pero es que el tiempo apremia... te quiero invitar a un concurso en mi blog...

    Se abre concurso en mi blog de viñetas, maximo 400 palabras...cualquier pareja de twilight es aceptada...no puede contener lemmon ni insinuaciones de este... espero te animes mile!!; me harias muy feliz...es por el aniversario del blog...(el 3 de mayo)...
    ese dia se cierran las votaciones, y enviar las viñetas, se cierra el 1 de marzo.. ok? besos

    atte Yess de Withlock*.*

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