domingo, 5 de mayo de 2013

Cap 25. Por la lucha.

Miré a Lían y luego a mi madre, llegó el momento del final de nuestro inesperado encuentro. Ahora, -según me habría explicado mi mamá- me despertaría nuevamente dónde estaba antes de venir aquí, y sí, me pregunto constantemente donde es "aquí" exactamente.
-¿Dónde estamos? -pregunté antes de "irme". -¿Es otra dimensión? -mi madre negó con la cabeza y sonrió de lado. 
-Estamos en el espacio que hay entre las dimensiones. En el infinito, en el vacío. -respiré hondo. Todavía nada de esto se me hacía normal. 
-¿Aquí se esconden? -volví a preguntar. Lían asintió. 
-Sí, pero procura no decirle a nadie -hizo una pausa -Nadie sabe que en este espacio podemos refugiarnos -sin más explicaciones, me pidió que cerrara mis ojos, me relajara y respirará profundo tres veces. Lo hice, y luego no recuerdo que sucedió.

Abrí mis ojos y miré el lugar donde me encontraba. Atempa se encontraba a mi lado, moviendo los dedos impacientemente y miranda hacía la puerta. Nos encontrábamos en nuestra gran casa. Atempa resopló, se dio vuelta bruscamente y me miró, sonrío. 
-Pensé que jamás volverías -dijo mientras me abrazaba. -¿Qué viste en tu sueño? -¿mi sueño? La miré confundida -Es decir, te desmallaste de la nada y reposaste allí, como si estuvieras durmiendo... tuviste un sueño -eso no fue un sueño, estaba segura. Pero no podía decirle a Atempa que estuve en el espacio infinito, en el vacío, que hay entre las dimensiones. Lían me lo había dicho. 
-Con... -pensé que era lo que le iba a decir -Con Soer -me paré abruptamente y me sentí mareada -¿Dónde está Edahi? -le pregunté mientras me dirigía a la salida de la habitación.
-Tuvo que salir de urgencia a una reunión con Angela -me di vuelta y la miré. 
-¿Él solo? -
-Sí, dijo que tenía algo importante para decirle -luego de que me dijo esto, abrí la puerta y salí de allí. Pude escuchar los pasos de Atempa corriendo detrás de mi, y luego sus gritos preguntándome que había sucedido con Soer. 
-Atem, luego te cuento, debo encontrar a mi hermano -y seguí corriendo para salir de allí. Necesitaba llegar donde Angela y Edahi. 

Toqué dos veces la puerta de la oficina de Angela, pero seguía sin responder. Resoplé, ¿dónde se había metido? Me senté en el suelo algo exhausta, ya estaba llegando la hora de la gran pelea, lo que definiría la vida de todos los seres que conocí y la mía propia. Apoyé mi cabeza en la pared y miré el techo, estaba metida en el lugar donde Angela planeaba todos sus movimientos y no lo estaba aprovechando. Miré hacía los costados y me paré lentamente, con movimientos lentos pero seguros comencé a abrir la puerta, mientras vigilaba que nadie me viera -para mi suerte la puerta de su oficina estaba sin llave- entré y cerré sin hacer ruido alguno, una vez dentro suspiré y caminé hasta el escritorio lleno de papeles y legajos ¿legajos de qué? ¿cuál es su trabajo con todas estas cosas? 
Comencé a revisarlos rápidamente y luego abrí el único cajón que tenía ese escritorio, había varios papeles de colores distintos, pero uno negro y blanco llamo poderosamente mi atención, estaba debajo de algunos papeles de los colores del arcoiris y solamente se veía una pequeña punta del pequeño papelito que luego de tomarlo me di cuenta que contenía una nota. 
"Haz las cosas bien Angela, cualquier EMERGENCIA me escribes aquí" solamente eso decía el papel, y no supe que quería decir. Podría habérselo escrito Soer, como no. Por eso tome una lapicera que escribía en blanco, como estaba escrita esa nota. 
"Te necesito" fue lo único que puse, para probar, para saber. 
¿Alguna vez escucharon el refrán "La duda mató al gato"? Pues esta vez, no mató al gato, sino que casi mata a Flora -es decir casi me mata a mi- 
De repente comencé a escuchar fuerte truenos y en la habitación se apagaron todas las luces, comencé a mirar hacía los costados, buscando la respuesta a lo que estaba sucediendo, pero antes de salir corriendo asustada del lugar apareció una luz brillante delante de mi, con forma de hombre. 
-¿Qué es lo que quieres ahora Angela? -escuche mientras la luz cobraba una forma más concreta, era la voz de Soer, esa voz gruesa y llena de maldad que solamente le hacía llegar miedo a mis venas. Pero yo era fuerte. Me paré, tenía a Soer delante mío y esta vez no era ningún "sueño". -Así que tu no eres Angela -dijo una vez de percatarse que efectivamente, no era ella. Negué. 
-Así que mis sospechas hoy, se aclarecen y se confirman. Angela no es más ni nada menos que tu cómplice -dije fuerte, para que me oyera, y mis oídos se llenaron de su malvada risa. ¿Qué vendría ahora? ¿Qué pasaría? ¿Estaría dispuesta a luchar, así sea ahora mismo? Tenía a Soer frente a frente, y puedo asegurar que el miedo me invadía completamente. No por mi, sino por la vida en todo sentido. 


martes, 15 de enero de 2013

Cap 24 segunda parte.

"Dominas los cuatro poderes" esa frase retumbaba en mi cabeza, era algo imposible, pero yo una simple chica que siempre ha vivido creyendo que era alguien, tenga los cuatro poderes. ¿Por qué? Eso era algo bueno, pero ha decir verdad había algo que me perturbaba, ¿era por eso que Soer me necesitaba en sus planes? 
-Ahora relájate, ya esta amiga -decía Atempa mientras me hacía pequeños masajes en los hombros para que me calmara. Los chicos se habían ido a buscar información, ellos estaban tan alterados como yo, o peor. 
-No puedo Atem, no puedo -dije mientras suspiraba resignada, tanto pensar me iba a hacer mal. 
-Si podes, mira te voy a contar un cuento. Había una vez una chica llamada, Catalina, ella buscaba... -de repente sus palabras rápidas se convirtieron en murmullos bajos, que no podía entender. Mi vista se torno borrosa y comencé a marearme, de un momento a otro no sentía más nada a mi alrededor, ni a Atempa, ni la silla donde estaba sentada, nada. Estaba flotando en el aire en un lugar completamente negro. 
-Al fin lo descubres -decía una voz gruesa a mi al rededor, me asusté pero rápidamente supe que era Soer. 
-¿Qué quieres? -grité firme. Una risa comenzó a resonar en mis oídos, instantáneamente me los tape con las manos, me hacía daño. 
-A ti -susurró y un viento que me hizo temblar pasó por delante mio haciendo que mis pelos volaran y la piel se me erizará. 
-Jamás -dije más bajo. Volvió a reír. 
-Veremos -cerré los ojos y me tapé fuertemente los oídos, comencé a negar con la cabeza, quería que esto terminara. 
-Pensé que eras más fuerte Flora... como tu padre -abrí mis ojos y miré a mis costados, pero no había nada solo la profundidad de la oscuridad -Pero no -su voz retumbo en el lugar. -Eres una débil muchacha -comencé a respirar aceleradamente. Iba a gritar... pero justo un segundo antes, una persona, una humana. Me asusté. Un grito desgarrador sonó a medida que la mujer se acercaba, y entonces la oscuridad, se convirtió en una habitación. En una habitación de todos los colores del mundo, no había muebles, eran solo cuatro paredes y el suelo, todo lleno de color. La mujer llegó y se posiciono delante de mí, con una sonrisa me miró. 
-Flora, es un gusto conocerte al fin -yo la miré desorientada, ¿quién era ella? 
-¿Quién es usted? -pregunté mientras me cruzaba de brazos. 
-Lían -la miré interrogante -Espera aquí unos minutos y entenderás todo -sonrío por última vez y se encamino hacía una puerta, que no sé de donde apareció. Me dejó sola en esa habitación llena de colores, ¿dónde estaba Atempa? ¿Y los chicos? ¿Dónde estaba yo? Comencé a inspeccionar el lugar, pero no había muchos detalles para tomar en cuenta, como he dicho antes era solo una habitación de colores... de colores intensos, hermosos, que al juntarlos hacían una combinación espectacular. 
Volví a mirar hacía la puerta donde se había marchado Lían, esa mujer que raramente me había salvado de Soer, y ese momento horrible que quería que terminara. 
La puerta se abrió y yo cerré los ojos y tomé aire, ¿qué me esperaba ahora? Los abrí y me creí en un sueño. Un hada, pero no un hada cualquiera, un hada hermosa con una luz brillante que desprendía de ella. Tenía las alas abiertas y una sonrisa en su rostro, caminaba  como toda una bailarina, con movimientos suaves y tranquilos. Llevaba un vestido que iba en degradé, comenzaba con un color crema, pasaba por un rosa claro, un salmón anaranjado, un naranja fuerte y un color rojo fuego que incendiaba. Vi un brillo especial en sus ojos, y tuve la necesidad de abrazarla, de quererla. Era mi madre, aquella que una vez soñé, era ella. 
Me paré y ella se puso delante mío, nos miramos, y sentí una conexión especial entre nosotras. 
-Flora -susurró. 
-¿Mamá? -le pregunté, atónita. Sabía que era ella, pero necesitaba que me lo dijera. 
-Si, hija, soy yo. -me abalancé sobre ella, y la abracé, la abracé como siempre deseé hacerlo. Era mi madre, mi mamá. Lloré, no sé cuanto, pero las lágrimas no paraban de salir y yo no quería soltarla. 

Nos sentamos en el suelo, las tres en canastita. Tenía millones de preguntas, pero no me salían. 
-Flora, ella es Lían -dijo mi mamá señalando a la mujer que antes se había presentado. -Es humana, ella, me ha mantenido a salvo todo este tiempo. Y me ha ayudado a que tu y tu hermano puedan reencontrarse -miré a Lían interrogante, millones de palabras vagaban sueltas por mi mente, pero por el momento no encontraba como unirlas y crear, por lo menos, una sola pregunta coherente. 
-Flora, yo conozco toda tu vida. Y es justo que conozcas la mía -dijo la mujer mientras suspiraba. Había algo allí que le dolía contar, o contarme. -Hace mucho tiempo, en la dimensión en la cual vos creciste y te desarrollaste como humana, conocí a un hombre misterioso, casi inexistente para la mayoría de las personas que nos rodeaban. Fue confuso y me costo llegar a entender lo que ese hombre era, me costo llegar a asimilar que aquel hombre que me había enamorado con tan solo unas palabras y unas miradas, era más que solo un hombre. Era una fuerza poderosa, era energía pura, era poder, era ambición. Ese hombre del cual me enamoré alguna vez, del cual alguna vez creí ver en su mirada oscura, algún rastro de amor... era Soer. -mis ojos se abrieron como platos al escuchar tal confesión. -Estuvimos algún tiempo juntos, conviviendo en varias dimensiones y a mi no me importaba tener que acostumbrarme a la forma de vida de los distintos lugares a donde él se dirigía. Lo amaba. -su voz sonaba dulce, recordando momentos vividos, el amor que alguna vez sintió hacía a aquel ser tan despreciable -Él decía amarme, y yo le creía. Una noche, mientras estábamos parando en una cueva en la quinta dimensión, aquella que está más allá de todo, la no reconocida; él llego con la noticia de que pronto habría una guerra, pero que faltaría para eso. Recuerdo que le pregunte si él se iba a ir, me prometió que no. Y tuvimos la última noche en la que nos amamos a más no poder. A la mañana siguiente desperté en otra dimensión desconocida, a la orilla del mar y pude notar la ausencia, se había ido y yo estaba embarazada de mellizos. Al nacer mis hijos, yo ya me había establecido en una de las tantas dimensiones que había conocido gracias a Soer, me había establecido en Flabella. Él llegó con la excusa de querer conocer a sus hijos, pensé que había regresado y que seríamos una familia, pero no, él me declaro odio eterno y a sus hijos también. Yo prometí que los protegería, pero al irse me dejo a mi en una dimensión que estaba en plena guerra con otra, donde yo no tenía idea que hacer. Quise volver, quise viajar entre las dimensiones como él me había enseñado, pero no podía, su poder era superior. Mando a matar a mis hijos, fingiendo que quienes lo mataban eran soldados, pero yo sabía que eran sus tropas. Mato a mis hijos, mato el amor que sentía hacía él, arruino mi vida y ahora quiere arruinar la vida de todo ser vivo en este mundo. - 
Todavía no lograba entender como aquella bella mujer, inteligente, fuerte, había podido llegarse a enamorar de Soer, y haber encontrado en él algo capaz de querer. Una vez que había masticado la historia lo suficiente como para poder decir algo, hable. 
-¿Tú me vas a ayudar? -pregunté, solo eso necesitaba. Sentir que en esta lucha no estaba sola. 
-Pondré cuerpo y alma en esta lucha por el bien, la paz, la igualdad, la justicia y el amor -dicho esto me uní en un fuerte abrazo con aquella mujer, que aunque no conocía, sabía que tendría su apoyo incondicional, tanto así como el de mi madre, el de mi hermano, el de Atempa y el de Ovatsug. 
Ahora estaba más que preparada para luchar. Tengo todo lo que necesito, y lo que menos me falta es el valor para enfrentar este desafío. 

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Queridos/as lectores/as, he vuelto nuevamente. Sí, vuelvo a repetir mis tan conocidas disculpas por tardar tanto tiempo. Un año... y no crean que dejo abandonada la historia, para nada, solo que hay etapas... Esta es una historia que me apasiona, una historia en la cual me he involucrado con los personajes, con sus miedos y esperanzas, con sus certezas e incertidumbres, con sus contradicciones... Jamás podré dejarla inconclusa, porque vuelvo a decir, todo llega a paso lento, pero siempre llega. Mientras siga caminando, mientras mi pluma siga escribiendo, eso es lo que importa ¿no? 
Muchas gracias por leer, por la paciencia, por el afecto y el cariño, que son como una gran caricia al alma. Gracias. 

Milena 

domingo, 12 de febrero de 2012

Cap 24. Prepararse

Miré a Edahi una vez más antes de tener que reunirnos con el resto del grupo, Ovatsug y Atempa nos esperaban en el escondite para decirles algo muy importante que habíamos descubierto con mi hermano. 
Fue todo como por arte de magia, aquí nada sucede por qué si y no debemos confiarnos. 
-Vamos a hacer lo siguiente. Si es verdad que viene Soer en unos días debemos estar preparados cada uno en sus puestos -me decía serio Edahi, yo solo asentía, habíamos estado toda la noche planeando lo que podíamos hacer para la llegada sorpresa de ese ser maligno, no teníamos que perder más tiempo. 
Entramos al escondite y allí estaban nuestros amigos, nuestro compañeros de lucha. Miré a Ovatsug y fui directo a abrazarlo, pensar que después de esto podría separarme de él, sería como un puñal en mi corazón. 
-Ey ¿por qué nos llamaron urgente? -pregunto Atempa mientras tomaba del brazo a Edahi, su amor. Después de tanta locura, de tanta pelea, el amor sigue vivo allí y es esa luz entre tanta oscuridad, lo que nos hace seguir. 
-Escuchamos a Angela otra vez -dije seriamente, sentí la mirada de mi amor en mi. -Y al parecer Soer llegará en unos cinco días -sentí como Atempa tomaba una bocanada de aire, sorprendida por la noticia. Pero ella no era la única sorprendida, cuando escuché a Angela hablar nuevamente con Soer y al darme cuenta de lo que estaba diciendo "Te espero en cinco días Soer" Fue como un balde de agua fría cayendo por completo en mi, Soer estaba cerca... Soer estaba llegando y debíamos prepararnos. 


Fuego: El ejercicio del fuego era algo fácil para mi, no debía hacer mucho esfuerzo, solamente debía mirar fijamente el muñeco que tenía delante mío y concentrar mi mente en solo una cosa : Incendiarlo. Estuve varios minutos tratando de hacer que mi mente quedará en blanco para poder pensar solamente en eso, mi misión en estos momentos. Miré fijamente el muñeco que tenía frente a mi, y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba ardiendo. Sonreí victoriosa... primera fase, hecha. 
Agua: Inundar la mitad de la habitación y la otra dejarla totalmente seca sería algo realmente imposible a la vista de cualquier mortal. Pero como ya he dicho muchas veces, en este mundo nada es imposible. Ese era el ejercicio, requería aún más concentración, medir el espacio y la cantidad de agua que necesitaba para hacerlo. Me acerqué a un tanque lleno de agua, ya había visto a Ovatsug hacer esto alguna vez; estire mis manos, cerré los ojos fuertemente y sentí como mi cuerpo iba acumulando de a poco toda el agua del tanque, así hasta estar completa. Me di media vuelta sobre mis talones y abrí mis ojos, me sentía pesada en mi interior, sentía el agua dentro de mi; Ovatsug y Edahi me han dicho más de una vez que no debía estar mucho tiempo con tanta cantidad de agua en mi porque sería algo imposible de soportar, pero raramente yo podía soportarlo, ya lo había experimentado varias veces. Medí la dimensión de la habitación y logré ubicar la mitad de esta, con un poco más de concentración estire mi mano derecha y comencé a llenar el espacio vacío al otro lado del lugar, extendí mi mano izquierda para terminar con el trabajo y al ver que lo había logrado, que había logrado controlar la cantidad de agua que salía de mi cuerpo, volví a sonreír. Segunda fase, hecha. 


-¿Y ahora? -pregunté contenta a mis dos profesores, Atempa miraba todo atentamente. 
-Debemos descubrir cual es tu tercer poder en dominar -dijo Edahi, Ovatsug asintió. 
-Para eso, vamos a darte un ejercicio en el cual se junten los dos poderes: Tierra y Aire. Ahí veremos -me dijo mientras me dedicaba una sonrisa, yo asentí y nos dirigimos al aire libre, donde sería la tercera y última fase.


Tierra y Aire: Hacer que la tierra que se encontraba debajo de mis pies se mueva a tal punto de separarla, era lo que debía realizar para poder saber si realmente podía dominar la tierra. Si eso no funcionaba debía hacer que el viento tomara una dirección diferente y poder volar tranquilamente en el aire. 
Fui a una parte indicada por mis profesores, me paré firmemente, debía hacer que se mueva la tierra que me sostenía. Me concentré y estiré mis manos mirando hacía el suelo con los brazos a ambos lados de mi cuerpo; de a poco mi cuerpo comenzó a temblar, primero como si fuese por frío o por una leve brisa pero luego un terremoto se encontraba en mi interior. Abrí los ojos con furia, haciendo fuerza con cada milímetro de mi cuerpo, apretaba mi mandíbula a tal punto que creía que se iba a romper en pedacitos. Ahora no era yo la única que temblaba, sino que la tierra debajo de mi también. Quise probarme y no escuche los gritos de mis compañeros que se encontraban al otro lado, seguí y logré que de a poco la tierra que sostenía mi cuerpo comenzara a separarse a tal punto de hacer un hueco en ella. Pero quería más, necesitaba más. La tierra se separo de un golpe brusco quedando cada parte en un lugar totalmente alejado de la otra, haciendo que caiga yo en un abismo hacía la nada misma, donde había más tierra. Miré hacía abajo e hice fuerza por segunda vez con mi cuerpo una de mis manos la extendí hacía el cielo y la otra la mantenía apuntando la tierra debajo de mi. Pude sentir como me sostenía en el aire, no volaba solo podía sostenerme en este como si fuera algo concreto. Hasta que de pronto la tierra que se encontraba bajo metros de profundidad toco mis pies, la había elevado y ahora me encontraba yendo hasta el lugar donde había estado antes. 
Sentí como la tierra se acomodaba en su lugar y al bajar el brazo que estaba extendido hacía el cielo, pude sentir como el viento volvía a soplar nuevamente cuando minutos antes se había detenido. 
Me di media vuelta sobre mis talones y abrí los ojos, noté la expresión atónita de Ovatsug, la sonrisa triunfante de Atempa y la mirada perdida de Edahi. 


"¿Qué paso?" pregunté mentalmente a Edahi y rápidamente escuché unos cuantos murmullos dentro de mi cabeza, no podía sacar nada claro de ellos. Hasta que uno, el último me sorprendió por completo. 
"Dominas los cuatro poderes, algo imposible"


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Nunca pensé que escribir una novela como esta sea tan raro y difícil, creía que solo se trataba de imaginar, pero no. Va más allá de eso, escribir y borrar, tirar hojas a la basura y seguir pensando es algo que estuve haciendo todo este tiempo. O la imaginación se había esfumado de mi vida, o tenía un bloqueo mental que Soer había aplicado en mi para que no pudiera seguir con la novela. No lo sé, lo único que sé es que todo llego como un sueño, de pronto sabía que decir y que hacer, sabía lo que debía hacer Flora. Sabía como seguir con la historia. 
Perdón por el tiempo, por la tardanza. Pero los y las escritoras más importantes del mundo, siempre se han tomado su tiempo en crear su obra maestra. Y pienso firmemente que esta novela va a hacer mi primera obra maestra, por eso todo llega así, a paso lento pero seguro. 
Espero les guste este capítulo, un gusto haberlo escrito. Nos leemos pronto o tal vez no, depende lo que digan mis sueños. 


Milena

domingo, 11 de diciembre de 2011

Cap 23 . Cansada

-Edahi paremos , estoy exhausta -dije mientras me sentaba en forma canastita en el suelo. Él me miró desaprobando mi idea, reprochándome... como lo hace un hermano. 
Sé que suena raro, ya ha pasado una semana de enterarme que tengo un hermano de mi propia sangre y logrado asimilarlo, aunque como todo, aún es algo muy raro. Siempre fui hija única, no sé como tratarlo ni como actuar. Tal vez como vi en las películas o con mis amigas ¿pero cómo se supone que trate a mi hermano menor? Debo decir que en estos momentos parecía yo la más pequeña y él un adulto responsable. 
-Si queremos ganarle a Soer debemos estar preparados -dijo mientras se sentaba al lado mío -Solo un pequeño descanso -me dedico una cálida sonrisa. He de decir que en sus sonrisas y en su mirada encuentro algo distinto, un sentimiento de paz y bondad, confianza. Me siento en mi casa, en mi lugar. 
-Hace dos días que estamos encerrados en este lugar -dije mirando el "gimnacio" -No he visto a Ovatsug, ni tú a Atempa. ¿Acaso no la extrañas? -pregunté mientras bebía un poco de agua. Es raro pero en muy poco tiempo, con mi hermano logramos tener esa confianza que puede durar años en hacerse, pero era mi hermano al fin y al cabo. 
-¿Por qué debería extrañarla? -dijo con cara de yo no fui, largué una estruendosa carcajada. 
-Pues... porque la amas -él me miró confundido y luego negó con la cabeza. 
-No sé como se siente amar -dijo mientras agachaba la cabeza. 
-¿Qué sientes cuando estás con ella? -
-Que estoy en otro lugar, en otro tiempo y que ella es mi mundo en ese preciso instante, no importa más nada. Ella es lo que me ata a la tierra, lo que hace que me mantenga en pie. Se llena un vacío dentro de mi, y me siento completo. Feliz -me miró y sonrió al recordar momentos con ella, que pronto aparecieron en mi mente. Sonreí , él si estaba enamorado. -¿Tu lo crees? -dijo como pregunta a mis pensamientos, hice un bloqueo mental... hablar con él por este medio no es algo que me guste demasiado. 
-Si, es obvio -dije sonriente. 


-Te extrañe mucho -dije mientras le depositaba un pequeño beso en los labios. 
-Yo más, voy a matar a tu hermano -dijo divertido mientras me abrazaba por la cintura y me daba un beso en el cuello que me hizo estremecer. 
-Mmmm si -dije para luego posar mis labios en los suyos, lo necesitaba. Una sonrisa se dibujo en mi rostro. 
-¿Qué sucede? -dijo mientras también sonreía el amor de mi vida. 
-Pues... que te amo -me solté del abrazo y comencé a cocinar algo improvisado me moría de hambre. 
Él se me acercó y me miró fijamente por varios minutos, a tal punto de ponerme incómoda, miraba mis movimientos y los analizaba; eso hacía que no pudiera desenvolverme abiertamente en la cocina. No es que sea toda una "chef" profesional, pero con él mirando no podía demostrar mis talentos culinarios. 
-Bueno basta maguito -dije mientras me daba vuelta bruscamente y lo miraba a los ojos, esos ojos que hacían que mi mundo diera vueltas por si solo. Esos ojos que me transportaban a su alma, y podía ver con claridad el hombre que era, y es simplemente él que quiero para mi. 
-¿Qué? -preguntó divertido. Lo miré mal, aunque no podía hacerme la enojada con él. ¿Por qué? Simple, el amor lo puede todo. 
-No me mires así mientras cocino, me pones nerviosa -dije mientras le daba la espalda. 
-Disculpe señorita Flora -dijo muy cortés mientras me abrazaba por detrás y me susurraba al oído -Es que se ve muy sexy, y es difícil contenerme -una carcajada salió de mi y le di un pequeño golpe con el codo en el estomago, mientras él emitía un exagerado "Auch". -¿Qué? -pregunto mientras me daba vuelta para que lo mirara frente a frente. -Quiero disfrutar de mi novia. Antes de que todo esto acabe y quien sabe lo que pase -dicho esto me deposito un beso que dejamos llevar más allá de todo, para fundirnos en uno, para demostrarnos la pasión y el amor en un gesto tan placentero como ese. Amaba hacer el amor con él, lo amaba a Ovatsug. 


Narra Atempa. 
¿Qué si me gusta? Eso ni se pregunta ¿Qué si es lindo? Menos.
Me estoy volviendo loca con la espera, bueno si, ya sé que ya soy loca de por si, pero como ya saben las hadas tenemos los tornillos un poco salidos o tal vez ni los tenemos. Aunque debería preguntarle a un hada más vieja, tal vez ella lograría responderme si es un problema de todas o solo mío. 
Dios Atempa, no te vayas por las ramas. Esto de saber si él me quiere o no, si me mira como yo lo miro a él. 
Nunca sentí esto por nadie, nunca me sentí así de atraída. Nunca tuve la necesidad de besar a alguien y demostrarle mi amor. Nunca de los nunca tuve ganas de dar mi vida por alguien que no sea de mi familia. 
¿Cómo hago para saber si él en serio siente lo mismo por mi? Y si... ¿tan solo me ve como una amiga? Basta, sacudí mi cabeza tratando de concentrarme en un tema más importante, como la lucha que se estaba por venir. Y que Lila hacía tiempo que no se comunicaba con nadie. ¿Pero hay tema más importante que un amor? Pues sí claro, pero todo parece ser tan insignificante a su lado. 
-Atem -escuche su voz, me emocione. En mi escondiste ( bastante pequeño debo decir ) los únicos que tenían acceso eran mis tres fieles acompañantes de lucha. 
-Aquí estoy -dije mientras permanecía sentada en el piso en forma de canastita. Y ahí lo vi, y sentí como mi mundo daba un vuelco. Me sonrío abiertamente y yo lo imité, me imagino mi cara de boba en estos momentos. 
-¿Qué haces? -preguntó mi mago preferido mientras se sentaba a mi lado con las piernas estiradas. 
-Pues... trato de matar el tiempo -dije mientras miraba cada facción de su rostro, cada centímetro de su piel, cada marca. 
-Oh, el hada del tiempo quiere matar al tiempo -dijo algo divertido, yo lo miré y luego solté una pequeña risa, si sonaba medio raro lo que acababa de decir. 
-El tiempo no se puede matar, solo se puede pasar -dije mientras le sacaba la lengua en forma de burla. 
-Disculpa, disculpa -dijo levantando las manos y luego las volvió a apoyar en el suelo. -¿No era que el tiempo es irrelevante? ¿No era que no existe? -
-Tal vez exista, tal vez no y sea una ilusión. Después de todo, nosotros no vemos realmente el paso del tiempo, si no que, simplemente, sufrimos una serie de experiencias distintas de las que tenemos almacenadas en nuestros recuerdos y es esta diferencia o que nuestra mente consciente percibe como tiempo. La idea de que el tiempo es un modo de decir que una cosa sigue a otra como resultado de esta otra, parece que es la clave de la verdadera naturaleza del tiempo. 
Las distintas culturas han creado muchas maneras de medir el tiempo, valiéndose de tecnología específica para ello como son los cuadrantes solares, las clepsidras o los relojes, o bien a partir de elaboraciones intelectuales basadas en la observación astronómica, como son los calendarios. La Historia se vale de estas convenciones creadas por el hombre para situar los procesos y los sucesos en el pasado. -él me miró atónito, era la primera vez que yo Atempa hablaba realmente en serio. Es que en todos mis años de trabajar para este fenómeno, nunca nadie me pregunto esto realmente y creo que es la primera vez que yo también me lo pregunto. 
-Eres... impresionante -dijo casi en un susurro Edahi, me sonrojé un poco, nunca hable así con alguien. Pasa que él abría puertas en mi, que ni siquiera yo sabía que tenía. -Quiero ... -comenzó a hablar, pero rápidamente calló y pude notar como me miraba pensativo, lo que me producía ansiedad. 
-¿Qué sucede? -pregunté algo confundida. Él negó con la cabeza y luego me sonrío, lentamente se fue acercando a mi hasta quedar a unos pocos centímetros de mi rostro, podía sentir su respiración junto con la mía. Y de un momento a otro, sin avisar, poso sus bellos labios en los míos para juntarnos en un esperado beso. 
Y de repente, en el instante exacto que nuestras bocas y nuestras lenguas comenzaron a danzar juntas, todo se detuvo y pude notar en mi interior como los relojes iban a velocidad super-rápida, para luego detenerse y así. Pude notar como para mi el tiempo, se había alterado, como ya nada existía en ese momento, ni el tiempo mismo. Solo él y yo, nuestro amor naciendo. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cap 22. ¿Qué?!

-Puedes decirme como rayos podemos leernos la mente?! -pregunté ya histérica mientras el chico frente a mi trataba de sacar conclusiones. Me estaba desesperando, ¿cómo es qué con Edahi nos podemos leer la mente y con otras personas no? 
-¿Crees que sé? -me respondió algo más tranquilo -Flora, debemos ir por Ovatsug, él ha de saber algo -yo solo asentí. -Vamos -tomo mi mano para luego cerrar los ojos fuertemente para que de un momento a otro aparecer en la cocina de mi amor. 
-Ovatsug ... -lo llamé, despacio con miedo. "Habla más fuerte, no va a escucharte" escuche, me di vuelta y miré a Edahi algo atónita. -¿Hablaste? -pregunté confundida, esto me mareaba. Me miró fijamente. "No puedo escucharte a ti, pero tú a mi si" volví a escuchar, miré a todos lados buscando el lugar proveniente de aquella voz que resonaba en mi cabeza. "Soy yo" lo miré otra vez fijamente a los ojos. 
"¿Pero qué?..." pensé, él me miró y sonrío satisfecho "Logré escucharte" esta bien, analicemos las cosas, estoy teniendo una conversación mental con Edahi, esto realmente era raro. Comencé a escuchar su voz rápidamente en mi cabeza sin entender ni una sola palabra de lo que decía, llevé mis manos hacía mi cabeza rogando al cielo que esa tortura terminara y de un momento a otro, todo estaba en silencio y solo se podían escuchar mis propios pensamientos. 
Abrí los ojos y lo miré, él tenía la mirada perdida, tanto silencio me agotaba. 
-Ovatsug! -grité algo histérica, aunque Edahi no quiso verme, no se jactó de mi nerviosismo. 
-¿Qué sucede? -dijo una voz detrás de mi, mientras él depositaba un pequeño beso en mi cuello. Me tranquilizó. 
-Nos... leemos la mente -hablo Edahi de una vez por todas. Pude sentir la mirada de Ovatsug en mi, me di media vuelta y lo vi a los ojos. Esos ojos que me volvían tan loca, que me ataban a la tierra para luego hacerme volar en un mundo desconocido y perfecto. 
-¿Cómo es eso? -me preguntó algo desorientado... 
-Si, de repente sus pensamientos los escucho en mi cabeza -Edahi me interrumpió. 
-Si, y yo los suyos... pero al parecer se puede controlar porque ella rogó e imploro no escuchar más mi molesta voz -hizo una mueca de disgusto y yo le pedí disculpas mentalmente -Y paró -
-Al fin! -gritó Ovatsug mientras me abrazaba y despegaba mis pies del suelo. "¿Qué sucede?" Le pregunté a mi compañero, pero no recibí respuesta, desee poder volver a leerle la mente. "No lo sé, me gustaría leerle la mente a él también" lo escuché, esto se me hacía raro. 
Ovatsug me depositó en el suelo y me miró fijamente luego a Edahi y me tomó de la mano para que lo siguiera. 
-Vengan! -dijo alegre, yo no entendía, nada de nada. 


Lo que veían mis ojos, todavía no llegaba a procesarlo en mi mente. "Somos hermanos" repetía una y otra vez mi ... no lo sé, lo miré fijamente algo aturdida y una, dos, tres y una cantidad inmensa de lágrimas salieron de mis ojos. Tenía un hermano, ¿cómo? ¿cuando? No lo sé, pero era mi hermano. Me abalancé sobre él y comencé a llorar, él me acompaño en el llanto. 
-Esto es imposible -me susurró al oído, yo me separe un poco para verlo a los ojos. 
-Nada aquí es imposible -sonreímos y nos volvimos a unir en un nuevo abrazo, lleno de sentimientos. 
-Bueno, bueno -interrumpió Ovatsug la escena -Hay algo que deben saber -lo miramos los dos, ¿había más? pensamos al mismo tiempo. -Pues... ustedes mis amigos deberán luchar codo a codo contra Soer. -dicho esto más lágrimas salieron de mis ojos y Edahi me aferró aún más fuerte contra su cuerpo. 



Cap 21. Manipular

Y entonces fue cuando comprendí todo, algo me dijo lo que estaba sucediendo. Al fin pude ver con claridad, al fin aquella venda que tenía en los ojos se me fue y veía todas las cosas que pasaban a mi alrededor. 
Soer, manipulaba a Angela para que lo ayudara, ella es solo una victima más en manos de las garras de ese maldito... pero había un detalle, ella estaba enamorada de él. ¿Cómo iba a salvarla habiendo un sentimiento tan fuerte en el medio? Yo ahora comprendí lo que se siente amar a una persona por sobre todas las cosas, puedes ser lo que él necesite y puedes hacer lo que él quiera, solo para no perderlo. 
-En serio Edahi , es lo que escuche -hablábamos en susurro en mi habitación para que nadie nos escuchara. 
-No puedo creerlo Flora, es solo eso... Angela tiene poder ¿por qué se dejaría hacer eso? -preguntó tratando de sacar alguna conclusión. 
-Mira, ella lo ama. Y Angela , tiene el poder gracias a él, sino no sería nada. En serio, hay que hacer algo -debíamos hacer algo urgente si queríamos que todo salga bien. 
-Mira, podemos hacer lo mismo que Soer... -dijo pensativo -Manipularla para que hable -yo negué 
-No, solo hay ... que averiguar -negué con la cabeza, no me iba a caer tan bajo. Solo había que saber que era lo que Soer tramaba con todo esto, y eso estaba por comenzar. 


-Puedo descansar? Por favor -le rogaba a mi nuevo amigo mientras me paraba en seco antes de seguir practicando los trucos. 
-No, todavía falta mucho... Ovatsug dijo que hay que seguir -me miró serio, estaba cansada y agotada, no sabía que yo tenía el poder para hacer tantas cosas... pero no podía más, necesitaba un descanso de un año o dos, como mínimo. 
-Flora... -me miró sorprendido Edahi, yo lo miré confundida ¿qué había pasado?-Acabo de... escuchar tu voz en mi mente -estaba shockeado y yo también. ¿Cómo? 
-Es mentira -dije negando. No podía ser cierto, Edahi tenía el poder de leer mentes... jamás me lo dijo. 
-Es que no lo tengo! -gritó nervioso -No , hasta ahora -me miró fijo, me sorprendí, había leído mi pensamiento. Comencé a pensar en Ovatsug, y en lo que sucedió la noche anterior, a ver si era verdad lo que sucedía.
-Deja de pensar en eso ! -volvió a gritar llevando sus manos a su cabeza -Es asqueroso -comencé a reírme y luego pare, algo en mi mente... visiones, de él con Atempa, besándose. 
-¿Te besaste con Atempa? -el me miró atónito, asintió lentamente con la cabeza. 
-¿Cómo... -no lo deje terminar. 
-Lo vi, en mi mente -nos miramos fijamente a los ojos, algo estaba ocurriendo. 


Narra Lila : 
Todo iba a la perfección, mi hijos se habían encontrado al fin, después de tanto tiempo. Me encontraba en mi salón de relajación, estar escondida me da mucho tiempo libre, lo utilizo para relajarme y poder ayudar a mis hijos a travesar este camino hacía la verdad. 
Decir que mis hijos son la razón de mi existencia, es poco, ellos son mi motor para seguir aquí, refugiada. Si no fuera por ellos, yo ya me habría ido a otro mundo con mi amor... 
-Ya saqué los escudos, pronto descubrirán que son hermanos -dijo mi cuidadora mientras se dirigía hacía mi. Ella era alguien estricta, golpeada por la vida. Había perdido a sus hijos en una guerra, estaba dispuesta a ayudarme. 
-Gracias -dije mientras abría a los ojos y miraba los suyos, aquellos ojos tan grandes color gris, de los cuales Soer se ha enamorado una vez. 
-Sabes que no tienes que agradecer nada... ellos deben hacer esto, por el bien de la vida -me miró fijamente -Si Soer no fuera así... si se hubiese dejado por el amor, por sus hijos, nada de esto hubiese pasado -unas lágrimas cayeron de su rostro. Lian, era la única humana que tenía idea de la existencia de otras dimensiones, ella fue el único amor de Soer... si es que puede llamarse amor a lo que tuvieron. Lian le entrego su vida, todo por el amor inmenso que tenía hacía él; pero un día al amanecer él ya no estaba, se había ido a buscar reclutas para su plan, la dejo sola y embarazada de mellizos. 
Al tener los hijos, Soer se dirigió a verla, parecía conmovido pero no. Lo único que hizo fue dejarla a la deriva en medio de una guerra entre dos dimensiones, así fue como mataron a sus hijos y desde ese momento ella no es la misma. 



viernes, 18 de noviembre de 2011

cap 20. ¿Soer?

Estábamos los dos recostados en la cama y yo estaba con la cabeza encima de su pecho mientras el me hacía pequeños "rulitos" en el pelo. El sol iluminó la habitación por completo; no quería abrir los ojos y tener que arruinar ese momento lleno de dicha, comencé a recordar lo sucedido hace solo unas horas y una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro. Jamás había sentido tanta felicidad, pero claro, el amor todo lo puede. Abrí lentamente los ojos y vi los rayos de sol que entraban por la persiana de la ventana, levante un poco la mirada y pude admirar al ser que más amaba en este planeta, con los ojos cerrados, pero parecía despierto.
-¿Ovatsug? -susurré mientras me apoyaba en mi codo para verlo mejor, cada linea de su cara, cada milímetro de su cuerpo. Él era perfecto. Abrió los ojos lentamente y me miro fijamente. 
-Hermosa -dijo admirándome. 
-Puedo decir lo mismo de vos, hermoso -solté una pequeña risita. 
-Sabes...? Fue la mejor experiencia de mi vida - 
-La mía igual - sonreí 
-Te amo -
-Y yo mucho más -dije mientras nos dábamos un tierno beso. 




Me dirigía a la habitación de Angela, para seguir con la farsa... esta farsa que solo era para salvar a la humanidad, y todo estaba en mis manos. ¿Cuánta responsabilidad no? Pues sí, y juro que en la espalda tengo una mochila que me pesa y día tras día se agrega otra cosa más. El día que termine todo esto, podré sacarme aquella mochila y sentirme libre, al fin. 
La puerta estaba entreabierta, y note una luz... ¿una luz? Eso era imposible. Ella hablaba con esa luz, sentada en la cama hablando, discutiendo. 
-Eres torpe! -escuché gritar a la luz. Extrañamente un escalofrío me recorrió por completo. 
-Pero... he hecho todo lo que me pediste, ¿qué se supone que haga? -parecía desesperada, por un momento la vi como lo que era, un ángel sin poder. 
-Te he dicho, que tenías que hacerle creer que eras la tu la que estaba detrás de todo esto -la voz sonaba seria. Una voz que ya conocía. 
-¿Pero por qué? -sonó ya completamente fuera de sí -Yo solo soy un ángel... estoy dudando de... -¿de qué? La voz la interrumpió con un grito. 
-No puedes dudar... esta es una buena causa Angela. Si yo no la tengo conmigo, esto quedo en la nada... al fin los ángeles podrán tener el poder que tanto deseas. Eso es a lo que quiero llegar -¿de qué esta hablando? 
-Lo sé, y quiero hacerlo... por mis antecedentes y mi descendientes. Pero... por qué no le dices la verdad, si eres el bueno... ¿por qué dejas que todos te piensen por malo? -
-Corazón, algún día lo vas a entender. Tu porque estás enamorada de mi y no puedes ver con claridad - 
-El día que podamos estar juntos, podre ver todo a tu manera. Yo ... te amo -¿a quién? 
-Es raro que alguien ame a Soer querida... algún día sabrás -Soer? Esa luz era Soer?