jueves, 30 de diciembre de 2010

Capitulo 4. Necesito

Comencé a caminar rápido hacía la puerta, con la cabeza agachada, avergonzada. Tan avergonzada, me había metido en una casa por puro impulso.
Sentí pasos detrás mio, pero no paré ni miré al chico que estaría allí.
-Flora -me llamo, yo seguí con mi camino. En este momento estaba tan enojada conmigo misma, yo y mi estúpida curiosidad. -Flora, espérame -dijo tomando mi brazo. Yo paré pero no me di vuelta, no quería ver su cara cuando me decía mil y un cosas por haber entrado así e invadir su privacidad. -¿Por qué se fue así? -dijo mientras me soltaba. ¿Arrepentido? No lo sé.
-¿Por qué me lo pregunta? -conteste sin mirarle a la cara. Por alguna razón le conteste con una pregunta, algo que odio que me hagan, pero disfruto haciendo. Raro
-Por favor, no fue mi intención... -comenzó a disculparse pero yo lo callé con uno de mis irritantes "Shh" el se quedó callado, confundido a mi lado.
-La que tendría que disculparse soy yo, yo entré en un lugar que no es mi casa y me entrometí en sus asuntos. Juro que no era mi intención, pero como todo lo que hay aquí en "Flabella", esta casa me decía que debía entrar, no lo sé... disculpe -dije todo sin pausas, totalmente rápido. Como hacía siempre que estaba nerviosa. Estar con este chico me producía más nervios aún que la misma situación.
-No vine a disculparme, y usted tampoco debería -dijo tímidamente. Mi silencio lo tomo como un signo de pregunta, ¿de que estaba hablando? ¿para qué me llamaba entonces? Como si me hubiese leído la mente, sin que yo emitiera ninguna duda, el me las aclaro lo más pronto posible -No le dije mi nombre -seguido de una pequeña risa, la cual hizo que mis piernas temblaran -Me llamo Ovatsug -se presentó. Pero que nombre raro, en realidad "Ovatsug" ni siquiera es un nombre, este tipo me estaba tomando el pelo.
-¿Ovatsug? Por favor! -dije sin creerle, todavía sin mirarlo
-Si supieras los nombres de todos por aquí, algunos son más raros. Mis padres solo mezclaron las letras de un nombre muy común en la dimensión "La mesa de los sabios" -dijo tranquilo
-¿Qué? -no entendía de nada de lo que hablaba
-Me llamo de alguna manera, Gustavo -me explicó
-Ese nombre es común en mi dimensión -¿por qué habrá dicho la mesa de los sabios?
-Exacto -no quería seguir hablando así que no le pregunte la duda que se me cruzaba por la cabeza. De seguro me estaba confundiendo. Sin decir palabra alguna me aleje de allí y me dirigí al exterior.
Una vez lejos de la casa, sin darle oportunidad a Ovatsug a que me siga, busque a Atempa. Quería volver a mi casa a mi lugar, quería dormir. Ya que el sueño me estaba matando.
Quería aclarar cosas en mi mente, porque todo esto me parecía irreal, pero tendría que creerlo para volver.


La vi a lo lejos hablando con otras haditas, sonrientes y saltando de una lado para otro. Me acerqué y desde atrás la llame
-Atempa -dije en susurro. Ella se asustó y pego un grito terrible, me habría dejado sorda de seguro. -Quiero volver a mi casa, necesito dormir -le exigí una vez que se calmo
-Oh si querida, ven conmigo -y me guió.
Caminamos y caminamos, me estaba cansando, y parecía una niña pequeña pregunte a cada segundo "Ya llegamos?" se notaba que a Atempa la estaba hartando ya que en un momento que estaba por repetir esa pregunta grito algo en no sé que idioma "SHAMBE SANVERE JURA LEAJ... PORJ SEDF TU CHAMMNE"... no sé que querría decir, pero mejor no saberlo.
Se paro enfrente de una casa muy parecida a esa casita en la que me metí ese mismo día, yo la mire confundida. La casa era pequeña o eso se mostraba, techos bajos y colores apagados, era lo único que la diferenciaba de la otra, colores apagados.
Atempa abrió la puerta y con sumo cuidado me invitó a pasar. Había un pasillo donde había dos puertas, una que decía "Shendo" y otra que decía "Mercer", no entendía que querían decir esas dos palabras así que decidí que ella me guiara. Con una llave distinta a la de la puerta principal abrió la que decía "Mercer".
Al entrar todo era distinto a lo que imagine que abría dentro de la casa.
Techos altos, sillones y decorados por todas partes. Un reproductor de música, o eso me pareció que era, estaba en un escritorio cerca de la biblioteca. Me mostró la cocina que estaba muy bien decorada, con una mesita redonda en medio y 6 sillas. Luego el comedor que tenía una mesa larga, muy larga, con por lo menos 20 sillas o más, no llegue a contarlas. Me siguió mostrando cada parte de la casa, y cada una era diferente.
Al fin llegamos a una habitación, la cual tenía una pequeña cama, un escritorio, una ventana con cortinas turquesa y el techo que parecía como el cielo, tenía nubes y se veía un sol pintado. Muy bonito.
-Esta es tu habitación, allí tienes el armario, así que si quieres cámbiate y dormí. Luego será un día atareado -dijo mientras cerraba la puerta tras de mi. Me acerqué al armario y al abrirlo miles de vestidos estaban colgados, un cajón que decía "Sfenden" lo abrí y había todo tipo de zapatos. Otro cajón que decía "Werne" lo abrí y había dos pijamas, uno para invierno y otoño y otro para primavera y verano.
-Yo te dije a mi casa, no a este lugar -grité para que Atempa escuchara. Sin siquiera pasar un minuto ella se encontraba detrás mio.
-Esta es tu casa, ¿no es genial? -dijo sonriente, la mire confundida.
-No lo es, mi casa no es así, mi casa esta en mi dimensión -dije enojada y confundida a la vez.
-Esta es tu dimensión, y esta tu casa. En realidad la casa que era de tu papá. Esta habitación era de su hermana. Es decir tu tía. -me explicó
-Oh -no supe que decir, me sentía cansada, y ninguna respuesta lógica se me ocurría.
Pregunté donde había una especie de baño y me señalo una puertita del armario, la abrí y allí se encontraba una bañera, un inodoro, una canilla y un gran espejo. Esto es imposible.
Entré con sumo cuidado, y vi que había cepillos y todo tipo de artefactos para el pelo. Me cambié y me até el pelo en una cola de caballo, luego me vi al espejo.
-No es posible todo esto -dije mientras salía. Atempa no se encontraba así que decidí recostarme y al cabo de unos segundos quedé en manos de Morfeo.


Me desperté con los ruidos que seguramente provenían de la cocina, ya que eran ollas y todo tipo de cosas. Salí cuidadosamente de mi habitación y me dirigí hasta allí. Sentado en la mesa viendo un librito de recetas con millones de ingredientes a su alrededor se encontraba aquel chico que con solo mirarme y/o hablarme, me hacía temblar.
Lo miré desde la puerta sin que se diera cuenta de mi presencia. Estaba tratando de hacer una comida, y leía con atención aquel librito, enojado o eso me pareció a mi.
Sus ojos verdes, esos ojos tan hermosos, estaban atentos a cada palabra de la libreta que tenía en sus manos.
Me aclare la garganta, para llamar su atención pero no lo logre, estaba demasiado concentrado.
-¿Ahora sos vos el que se mete sin pedir permiso? -dije al fin, ¿cómo salieron esas palabras de mi boca? Yo nunca me habría animado.
-Flora -dijo para luego caerse de la silla, y de un movimiento fugaz estar parado de los tranquilo. Me sonrió y me sentí en las nubes, como si nada allí existiera solo el. -No vine sin pedir permiso -me miró y yo le demostré mi confusión con una sola mirada, el pareció entender -Soy tu cuidador, y tu entrenador -me dijo sonriente, por unos segundos no podía entender de que estaba hablando. ¿Mi cuidador? ¿mi entrenador? Hasta que al fin caí, mi entrenador en magia debe ser... pero... ¿por qué cuidador?
-Mi cuidadora es Atempa, ¿no es así? -pregunté confundida
-No, Atempa solo debía mostrarte el lugar, y ya lo hizo. Ahora soy yo, y también tu entrenador por el tema de la magia, te voy a enseñar cosas de este mundo -dijo sonriente, yo le correspondí la sonrisa.
Le pedí permiso para retirarme e ir a cambiarme ya que estaba con la ropa para dormir, y por alguna razón no me gustaba que me viera desarreglada.

Cuando volví a la cocina el ya había dejado de lado todas las ollas y los ingredientes, estaba concentrado en un libro grande que se encontraba en la mesa. Yo me quede a observarlo, el era distinto a los demás chicos -bueno si era un mago eso lo hace distinto- pero la forma de mirar, de hablar, de sonreír. Me hacía sentir... distinta. Me quede concentrada observando cada detalle de el; su pelo despeinado pero verdaderamente hermoso, sus ojos verdes profundos, su nariz, su boca. Todo el era magnifico.
Ya totalmente absorta en mis pensamientos, sentí un murmullo cerca de mi. No era de el, no era mio. ¿Quién podrá ser?
Ese murmullo se hacía cada vez más constante, palabras que no sabía que querían decir se escuchaban por toda la casa. Comencé a asustarme, ya que parecía que Ovatsug no se estaba dando cuenta de lo que yo esta escuchando. ¿Estaré loca? Si estas loca Flora, mira el mundo en el que estás y ahora escuchas murmullos más y más fuerte y encima hablas en 3ra persona.
Justo antes de preguntarle al hermoso chico que tenía enfrente si escuchaba esos murmullos algo toco mi hombro y me susurraron al oído "Derpt" yo del susto salte y fui corriendo hacía los brazos de Ovatsug que me recibió sorprendido. Risas se escuchaban detrás de mi una vez que estaba envuelta en los brazos de el.
-Atempa me parece que no es justo que la asustes así -dijo Ovatsug mientras me abrazaba
-Jajaj, es que tendrías jajajja que haberla jajajaj visto -dijo Atempa entre risitas yo ya estaba enojada
-Si la vi, y por eso te digo no lo vuelvas a hacer, ya es demasiado que tenga que estar aquí -regaño a la pequeña hadita -Ahora le pides disculpas -dijo enojado, hay por dios se preocupaba por mi.
-Flora -dijo Atempa mientras se acercaba hacía mi -discúlpame, no pensé que te ibas a asustar, ¿Esta bien? -dijo con una sonrisa en la cara.
-NO, NO TE DISCULPO, NO TE DISCULPO POR HABERME SACADO DE MI CASA PARA TRAERME A ESTE LUGAR QUE NO CONOZCO Y NO TE DISCULPO POR QUERER ASUSTARME !! -grité para luego salir corriendo a mi habitación.
Me largué a llorar una vez que estaba en la cama, no podía más, quería volver. Quería mi vida otra vez, mi vida aburrida e imperfecta, pero mi vida al fin. La quería de regreso.
Pasaron los minutos y las lagrimas no cesaban, solamente salían y yo no podía controlarlas, ni quería.
Tocaron mi puerta y yo no conteste, no quería estar con nadie solo quería estar sola. Abrieron la puerta despacio y yo estabas de espaldas a ella. Si era Atempa no quería verla ni hablar ni nada. Ese ser que estaba en mi habitación se sentó a mi lado en la cama, pero del que yo estaba de espaldas, me tocó el hombro para que me diera vuelta pero no quería.
-Flora, mírame -dijo una voz tranquila y armoniosa a mi lado. Era Ovatsug, me di vuelta lentamente para luego encontrarme con ellos ojos, que me veían ¿preocupado? Me seco una de las lagrimas que estaba por caer de mis ojos, me dedicó un bella sonrisa -No llores, estoy acá -dijo mientras me abrazaba, un abrazo eso era lo que necesitaba.
-Gracias -logré decir
-Solo quiero que sepas, que muy pronto te voy dar las respuestas de todas tus preguntas -me dijo para luego abrazarme más fuerte y quedar en silencio.



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Este es el capitulo 4, necesito. ojala les haya gustado
Besos amigos virtuales (:

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cap 3. La elegida

Así que me estaba diciendo que yo era la elegida para combatir una fuerza suprema. ¿Yo? Una simple humana. Ah no perdón, ahora soy una simple Hada-Maga o lo que sea que soy.
Me encontraba sentada en uno de los bancos de aquel parque. Era hermoso aquel lugar, apreciar los distintos colores, las hadas, los duendes. Era raro.
Tantas veces abre soñado con esto, y ahora me gustaría que fuera un sueño. Que seguramente lo era.

-Debe creer en lo que ve señorita -dijo una voz detrás de mi. Di vuelta mi cabeza y ahí se encontraba un pequeño duende. que no llegaba al metro veinte. Era muy simpático, un gorro de color amarillo que terminaba en punta, decoraba su cabeza. Los cachetes inflados y rojos, parecía un niño. Orejas largas, incluso más que las de las hadas. Una sonrisa se abría paso en su cara. -Oh lo siento, te sorprendí -dijo dando una reverencia.
-¿Por qué todos dan esa reverencia? -dije curiosa, ya que Atempa había echo lo mismo cuando se presentó en mi cuarto. El duende, me sonrío para luego pegar un salto y caer a mi lado, sentado en el banco.
-Porque eres la jefa -dijo aún más sonriente
-La jefa es Angela -dije confundida
-Si, pero vos sos la verdadera -se me acercó al oído -no te confíes tanto de ella, es buena. Pero vos tenes que estar en su lugar. -luego se alejó -Nunca un ángel fue la jefa, tu abuela lo fue. Por lo tanto tu deberías serlo. -dijo volviendo a sonreír, lo mire confundida analizando sus palabras. Ademas de la elegida era la ¿jefa? jaja, por dios esto ya parecía una locura -No, no esta loca... por favor escúchenos -me dijo el pequeño duende
-¿Lees la mente? -pregunté curiosa, como es que sabía lo que yo estaba pensando
-No, puedo ver mas allá de tu mirada. Es distinto. No puedo saber con detalle tus pensamientos y sentimientos, pero si puedo percibirlos -me explicó -es un don que tenemos los duendes con los sombreros amarillos -dijo señalando su gorro -así nos pueden identificar, es una ley de Angela, identificarnos con colores- dijo para luego salir corriendo sin despedirse.

Me sentía mareada, confundida. Tenía ganas de volver a mi casa, a mi habitación y dormir, dormir para no despertarme.
Comencé a recorrer el lugar, a investigar, del parque me tope con las calles. Las calles eran muy parecidas a las nuestras en ese caso.
Crucé una de las cuadras y en la esquina una casita demasiado pintoresca se encontraba frente a mi. Me dio mucha curiosidad quien podría vivir allí.
Me ubiqué frente a la puerta que era de color rosa chicle, con un nombre incrustado. Mas bien un apellido, "Globando" ¿qué será Globando? No lo sé y quería descubrirlo. Toqué la puerta y nadie contesto, pero me dí cuenta de que la puerta estaba abierta. La abrí un poquito y me asomé, quería entrar... en todo caso si yo tendría que ser la jefa, no debe verse mal que entré a alguna casa.
Sillones color amarillo estaban en la pequeña sala, una puerta que daba a una habitación que era el baño ya que lo decía. Me adentré un poco más y un patio enorme se abría paso frente a mi, flores de todos los tipos. Rosas, amarillas, rojas y blancas pero también azules y verdes. Era una maravilla.
Escuche ruidos, que provenían del piso de arriba, si es que mi oído no me fallaba. Subí silenciosamente la escalera de madera. Había un pasillo con 6 puertas.
Agudice el oído y me di cuenta que este venía de una de las habitaciones del fondo. Al llegar al final del pasillo había dos puertas.
Una blanca y otra celeste. Me jugué por la celeste, abrí cuidadosamente la puerta y asome mi cabeza.
Un chico alto, de pelo corto y cuerpo bien formado, no para tanto. Luces salían de sus manos para golpear un lampara y hacerla añicos, a lo que el sonrío satisfecho.
Luego con el dedo hizo un giro y una ventana que tenía unas maderas para cerrarla, se abrieron y luego el las atravesó. Lo seguí y entré por aquella ventana a una especie de gimnasio, había maquinas por doquier y muñecos.
Este apuesto chico, se dirigió a uno y con solo verlo pudo hacer que se quemara. Luego se dirigió frente a un tanque de agua, levanto sus manos hacía el y la absorbió, luego como un rayo, se dio vuelta y me mojó toda con el agua.
-Hay!! -chillé al notar que había sido descubierta y al mismo tiempo empapada. El se acercó a mi en un movimiento fugaz y me estampó contra la pared impidiéndome el paso.
-¿Qué quieres? -dijo con su rostro muy cerca del mio. Su aliento me embriagaba.
-Yyy-o -tartamudee, el tan solo con hablarme me mareaba.
-¿QUIÉN ERES? -gritó. Yo trague saliva y un poco de aire para luego cerrar los ojos y poder hablar. Ya que ver esos ojos verdes profundos, me hacía volar.
-Soy nueva en este... mundo, me trajo un hada llamada Atempa, tuve una visita con la jefa y recorrí el lugar y me encontré con esta hermosisima casa y la curiosidad me mato y luego te vi a vos y acá estoy -le explique nerviosa
-¿Cómo te llamas? -me preguntó serio
-Flora -dije agachando la cabeza. De repente el se alejo de mi para luego verme y regalarme una sonrisa. Una sonrisa perfecta, única que me hacía temblar. El hizo una reverencia, a la cual ya me estaba acostumbrada y con su voz angelical se disculpó.
-Disculpa, no sabía que Usted vendría a visitarme su majestad -dijo amablemente
-¿Su majestad? -esto de verdad se me hizo raro
-Perdón, Flora -dijo para darse vuelta -No quiero ser descortés, pero por favor. ¿Podría retirarse? -me pidió
-Si, discúlpeme a mi en todo caso, no tendría que haber entrado. -dije para luego retirarme
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Entrada corta... espero les guste (:
Muchos besos mis amigos virtuales :D
hasta la próxima
Milena...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Cap 2. ¿Tengo que creerl

-Bueno aquí empiezo... -dijo mientras se ponía cómoda -como ya sabes yo soy un hada, las hadas existimos para manejar cosas de distintas dimensiones, yo manejo el "tiempo" y hay otras que manejan, la luz, el clima, etc.  Vos sos hija de un hada -mi cara de confusión se hizo notar al decir eso -si sos hija de un hada, y de un mago.
-Si soy hija de un hada y un mago ¿cómo es que no tengo alas, o poderes? -pregunte todavía sin creerle
-Pues fácil. Vos sos un ser único en nuestra dimensión, nunca un hada y un mago se han unido para luego tener una hija. Es algo... mágico jaja -comenzó a reírse sola este ser -Mira, vos si tenes poderes, pero tenes que descubrirlos. Y el tema de las alas, bueno no lo sé eso lo tendrías que hablar con la jefa -dijo pensativa
-¿La jefa? -pregunte aún más extrañada
-Si la jefa, la jefa es un ángel  y se llama Angela. Jaja -volvió a reírse -Ella es la que maneja todo esto, tiene un listado de los seres mágicos que existen y ademas sabe muchisimo sobre seres, fuera de lo natural -dijo mirándome de pies a cabeza.
-Ja, ja... ahora soy yo el ser fuera de lo natural. ¿Y vos? -dije mientras comenzaba a caminar de un lado a otro por la habitación
-No, yo soy natural. En mi dimensión, yo si soy alguien común y corriente -dijo sonriente
-Hay no, ¿qué tomé? Estoy alucinando, veo hadas, me dice que soy hija de un mago. No es posible -dije mientras llevaba mis manos a la cabeza
-Que raro, vos que siempre creíste en la magia, ahora no creas... -dijo agachando la cabeza
-Basta vos no existís, y ahora me voy a dormir y cuando mañana me despierte nada de esto habrá pasado -dije mientras la empujaba de mi cama.
-No vos venís conmigo -dijo mientras me tomaba del brazo y se dirigía a la puerta de mi habitación
-¿A donde? -le pregunte confundida, ella me miró fijamente hizo un movimiento con la cabeza y luego abrió la puerta.
Hadas, duendes, mariposas gigantes, ángeles y cosas fenomenales se abrían paso ante mi, un mundo nuevo se abría para darme la bienvenida. Una luz brillante que nos incitaba a pasar, no me podía negar a entrar, esto si que parecía un sueño. Un maravilloso sueño
-Entra, o sino se va a cerrar -dijo Atempa mientras me empujaba hacía aquel hermoso mundo.
Una vez adentro pude observar todo con muchisima atención. Había arboles con las hojas de todos los colores que pudieras imaginar uno con las hojas azules, otro amarillo, otro rojo y otro marrón. El pasto era de un color crema, y había lindos banquitos color negro al lado de cada árbol. Parecía lo más cercano a un parque.
Atempa que se encontraba delante mio, me hizo con la mano la señal de que la siguiera y comenzó a caminar. Yo trataba de seguirla pero siempre algo nuevo llamaba mi atención. Como aquella mariposa que estaba recostada en el césped, con las alas para arriba. Me dedicó una sonrisa o eso creí ver, yo me acerqué para apreciarla mejor pero esta del susto salió volando.
-Flora, camina. No tenemos todo el día -dijo Atempa detrás de mi
Seguimos caminando mientras yo contemplaba todo lo que veía. Había pájaros, por cierto, nada iguales a los que eran los nuestros.
Atempa se paró en frente de una casona gigante, de color blanco y que irradiaba luz. Entró y me invitó a pasar. Entré con miedo de lo que e podía pasar, caminamos por largos pasillos, todos adornados con hermosos cuadros de todas las hadas. Por lo que vi todas abajo tenían una dedicación, seguramente han sido como las heroínas de este mundo.
Paramos en seco en frente de una gran puerta dorada, que tenía dibujada unas alas. A mi me paso un escalofrío por la espalda del solo echo de estar en ese lugar.
Atempa llamó a la puerta con sumo cuidado y un hada pequeña nos abrió. Nos hizo pasar y sentarnos en unos sillones color rojos que había allí.
Miles de haditas y seres extraños, volaban a mi alrededor. Mirándome como si en realidad fuera yo la jefa de todos.
-Flora, Atempa. Pueden pasar -dijo el hadita
Nos adentramos en una de las oficinas que había allí y en su sillón gigante un ángel se encontraba sentada frente a mi. Tenía hermosas y grandes alas blancas, era pálida y tenía los ojos de un marrón oscuro. Un vestido color crema largo es lo que vestía, estaba cruzada de brazos, sonriente y satisfecha de que yo al fin estuviera allí.
-Atempa -comenzó a hablar esta mujer, con su voz de cantante, su perfecta voz -puedes retirarte, y muchas gracias querida has echo un trabajo genial -dijo la señora dándole permiso para que se retirara y felicitándola por su trabajo bien echo. Una vez Atempa fuera Angela depósito sus ojos sobre mi. Me miraba de pies a cabeza, como si fuera el tesoro más deseado. -Bienvenida seas Flora, es un honor tenerte con nosotros -dijo el ángel mientras se paraba -Puedes sentarte -me señaló una silla que estaba en frente de su escritorio.
-Muchas gracias -dije mientras me sentaba en ella, una vez yo sentada ella me copió
-¿Qué te ha dicho Atempa? -me pregunto amablemente la mujer
-Me ha explicado lo de su mundo -hice una pausa -y me ha dicho que soy hija de un hada y de un mago
-Así es pues, eres la hija de el hada más importante de este pequeño mundo, y el mago más poderoso de toda Flabella -dijo sonriente
-¿Flabella? -dije confusa
-Oh si, nuestro mundo se llama Flabella, la dimensión de Flabella -dijo aún más sonriente -déjame explicarte cariño, vos sos hija de un hada llamada Lila. El hada de los colores, era quien llevaba los diferentes tonos de colores a las dimensiones. Este lugar lo hizo ella misma, dijo señalando por la ventana. Y tu padre era un mago de 3 poderes
-¿3 poderes? -no lograba entender
-Si manejaba los poderes de tierra, aire y agua -me explicó
-Y el fuego? -pregunte incrédula
-Nunca se llegan a tener los 4 elementos en un solo mago, es algo imposible. Tus padres lucharon muchisimo por estar juntos, ya que la historia no se lo permitía. Un hada y un mago era muy mal visto en esos días, pero ellos hicieron lo posible para quedarse juntos y amarse. Tanto que se escaparon a otra dimensión, en la que tu has vivido hasta ahora
-La Tierra -dije segura
-Todos estamos en la tierra querida, pero convivimos sin saber una de la otra. Tu madre al ver que tenia algo que la diferenciaba de los demás seres de esa dimensión -las alas -le pidió a tu padre que realizará un hechizo para que se las quitara o las vuelva invisible. Por lo tanto ella quedo sin alas y parecía una verdadera humana. Tu papá Ithan, dejo de usar sus poderes y comenzaron una nueva vida en tu mundo.
<<Luego te tuvieron, y cuando naciste soldados de nuestra dimensión viajaron a donde estaban ellos. Tus padres no querían entregarte, entonces tuvieron una lucha a muerte con nuestros soldados. Al final lo único que sabemos es que tu madre logró llevarte lejos de allí. Pero de tu padre no se ha sabido nunca nada. -termino con su relato
-Es decir que mis padres, dieron su vida para salvarme... -dije pensando en voz alta
-Exacto, porque no querían entregarte a nosotros. Ya que vos sos la elegida -dijo sonriente
-¿La elegida
-Si, cada 100 años cada vez que nace un ser nuevo en nuestro mundo es el o la elegida para combatir a el CMN
-¿CMN?
-El Clan de La Magia Negra -dijo seria -es solo una persona, pero se le dice Clan porque al comienzo de los tiempos, en que se supo de la existencia de otras dimensiones, un grupo de personas utilizaron la magia de una manera malvada y cínica. Pero ahora Soer, el ser más poderoso en todas las dimensiones, es quien se adueño de la magia negra y tu tienes que combatirlo
-En representación de la magia blanca? -pregunte
-NO, no nos llamamos magia blanca. Nos llamamos los puros. El blanco puede ser tan malo como cualquier otro color. -concluyó
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Hoy es cortito, pero porque si sigo después no paro... y quiero que se vayan enterando de a poco. Gracias a los 3 comentarios del cap anterior.
Nunca pensé que en tan poco tiempo iba a tener 3 comentarios, no es mucho pero para mi si.
Muchas gracias amigos virtuales
Milena...

jueves, 9 de diciembre de 2010

Cap 1. El reloj

Siempre he pensado que nunca encajaba, que siempre andaba en mi mundo de ensueño. Qué al dibujar, no prestaba atención a nada ni a nadie, y que al estar con las plantas era distinta.
Pues eso es verdad, yo pienso que no soy de esta realidad, que hay algo más importante para mi, que estudiar bellas artes en esta universidad y aún más importante que trabajar en un vivero. Si, si es la vida que me ha tocado vivir, pero... si mi vida fuera otra, si en otra dimensión o en otro tiempo y espacio, yo tengo una vida... no sé, más mágica?.
Solo lo que puedo hacer por ahora es imaginar aquella vida que me gustaría llevar. Ser una rosa tal vez, con ese perfume que larga, llevar alegría a los jardines. Porque algo más maravilloso, que dar alegría, estoy segura; que no existe.
-Flora, llegaron los tíos -me gritaba mi madre adoptiva desde el piso de abajo
-Ya voy Carlota -siempre la he llamado por el nombre, y nunca le he dicho mamá. Ni siquiera de pequeña, no sé porque sera, pero nunca sentí que era mi madre. Aunque se que no es, ella es la que me ha criado.
Baje las escaleras con desgano, ya que ahora venían las mismas conversaciones trilladas, de todas las reuniones familiares. Esos momentos en el que nada extraño sucede, solo comemos, bebemos y hablamos. Siempre la misma rutina, que cansa.
-Oh, pero que bella que está la señorita -dijo una de mis tías, esas típicas tías, que a pesar de que hace 1 día que no te ve, ya te ve más grande, más bella, más todo.
-Aja -dije sin ganas, saludé a uno por uno y luego me senté en el sofá.
Escuche cada conversación, que había en la sala. Una más aburrida que la otra, nada nuevo, nada interesante.
Quería salir de allí de ese lugar, irme lejos de esa reunión.
Llegó mi padre, y cuando todos se revolucianaron solo para ir a saludarlo, encontré el momento perfecto para huir. Me corrí lentamente hacía la puerta de entrada que estaba semi-abierta, ya que mi padre no había tenido tiempo de cerrarla, salí a la calle y comencé a correr y a correr. Llegué a un parque cerca de mi casa, todo estaba oscuro, con niebla. Pero claro ¿a quién se le ocurre ir a un parque a las 11 de la noche? Pues a mi.
Comencé a caminar, oliendo una por una las distintas flores que habían allí. Distraída, caminando, entre medio de las flores, ese era un momento único, inigualable. Pero de repente, algo que brillaba muchisimo, llamo mi atención completamente. Me acerqué al suelo, era pequeño, pero llamativo, era de oro. Y tenía algo dibujado, un ser imaginario que reconocería en todas partes, tenía dibujada un hada. Lo tomé en mis manos, ya que la curiosidad me mataba, y a penas lo toque comenzó a vibrar, y no paraba de vibrar. No me asusté, solo miraba con atención aquel preciado objeto.
De un momento a otro la vibración paró. Lo abrí, con sumo cuidado, y era un reloj. Un reloj viejo, con los números romanos. Seguramente esta preciosura, debe tener un valor único, y yo ahora lo tenía en mis manos. Si alguien lo perdió, no debía de quedarmelo, pero había algo en el que me decía que me lo llevara conmigo.
Me lo quede mirando, con muchisima atención durante un largo tiempo, debatiendo con mi misma que hacer, hasta que por fin decidí guardármelo. Lo metí en mi bolsillo, y comencé el camino de vuelta a mi casa.
Entré con sumo cuidado, y me dí cuenta de que ya los gritos de mis tíos y tías no estaban, de que toda esa manada de animales salvajes se había evaporado.
-¿Ya se fueron? -pregunté extrañada, nadie contestó. ¿Qué hora era?. Instantáneamente saqué el reloj del bolsillo, lo abrí y me fije la hora. Las 10:30. No puede ser, seguramente esta muy mal, ya que cuando salí eran las 11.
Fui hasta la cocina y me fije en aquel reloj grande de pared que teníamos, las 2:30. Oh pero ya era de madrugada ¿cómo? si no estuve mucho tiempo, a lo sumo 30 minutos como mucho.
Subí las escaleras silenciosamente ya que mis padres seguramente estarían durmiendo y al abrir la puerta de mi habitación, mi padre se paró detrás de mi para darme un gran susto.
-Hay -chillé
-Has silencio que tu madre está durmiendo -dijo en susurró mi papá
-Lo siento papá, pero podrías no haberme asustado así.. -le dije con enojada, pero en susurro
-Bueno hija, no me tendrías que tener preocupado hasta ahora. Estábamos en una cena familiar y vos, desapareciste -me dijo mi papá
-Lo se, es que me fui a tomar aire, y me encontré con una cliente del vivero y pues... -dije muy nerviosa, esto de mentir no se me daba. Pero si le decía que me quede estas horas viendo aquel reloj, me iba a tomar por loca.
-No inventes excusas, está bien. Yo igual tenía ganas de salir de esté lugar. -dijo algo divertido -buenas noches -concluyó para luego irse a su cuarto.
Cerré mi puerta, y me senté en la cama. Abrí aquel reloj otra vez, para apreciarlo. Era muy bonito, era único.
Me quedé viendo la hora que marcaba, 1:30. Pero como es que aquel reloj de las 10:30 marcaba la 1:30. Ilógico.
Comencé a darle vuelta para cambiar la hora, pero este estaba muy duro. Cuando al fin logré darle vuelta y llegar a la hora que era, comenzó a vibrar fuertemente, yo sin pensarlo lo tiré en la cama, y comenzó a brillar intensamente. No paraba de brillar y de vibrar. Empecé a asustarme, ya que eso no era normal en un reloj.
Pero cuando comencé a caminar en dirección a la puerta, mirando todavía extrañada aquel reloj. Me dí cuenta que sentada en mi cama había una mujer, pero no una mujer común y corriente, una mujer con unas alas enormes. Las alas eran azules, y los rasgos de su cara perfectos, tenía unas orejas largas y también risos colorados. Estaba vestida con un pequeño vestido, blanco. Ese ser inigualable que se abría paso por mis ojos, era lo más parecido a un hada. Pero de tamaño real. Me quede viéndola estupefacta, ningún sonido podía salir de mi garganta. No era capaz de pestañar, y de casualidad me acordaba de respirar, pero extrañamente me encontraba agitada.
-No te asustes, no muerdo -dijo esta mujercita salida de un cuento. Yo no pude contestarle, ya que no me acordaba con articular palabras. -Es un gusto conocerte Flora, siempre he querido yo, poder tener este honor -dijo mientras hacía una reverencia como si yo fuera una reina. Seguí sin articular palabras, solo verla confundida y fascinada. -Di algo, que me pongo nerviosa -chilló este ser mágico
-Eeeh -es lo único que pudo salir de mis labios
-Algo es algo -dijo mientras se sentaba en una de las dos sillas que yo tenía en mi habitación -Yo sabía que iba ser yo la que te diera a conocer este mundo, soy uno de los factores más importante en mi lugar -dijo contenta -claro soy el único ser que vive en ese reloj -dijo viendo de reojo al reloj
-¿Quién sos? -por fin pude hablar
-Hay, no me presente... soy Atempa, el hada del tiempo -dijo mientras me tendía su mano para estrecharla con la mía a lo que yo no respondí -Vengo de ese reloj, el reloj sin tiempo. Porque en realidad, el tiempo es irrelevante, el tiempo no existe. Porque si te pones a pensar, ¿qué es el tiempo? ¿qué es lo que... -y antes de que pudiera seguir con su monologo aquella criatura charlatana, la interrumpí
-¿Un hada? -dije en un susurró que ni yo llegué a escuchar.
-Si niña, ni que hayas visto un fantasma -dijo sonriente -pues... ¿necesitas que te explique toda la historia?
Yo me limité a asentir con la cabeza.
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Bueno gente ojala les este gustando hasta ahora. Me re inspiré y ando con la imaginación volando a mil por hora.
Ojala les guste y por favor dejen sus comentarios ya que son los que alimentan mis ganas de seguir con esta hermosa novela titulada "Mi mundo de sueños" Ya que yo, solo  se soñar. Porque soñar es crear y desear realidad. Y todo junto LIBERTAD y yo amo la LIBERTAD
Adiós y hasta la próxima mis amigos virtuales (:
Milena...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Introducción

Supuestamente, todo aquello que existe no debe ser mágico. Pero por qué debe de ser así?
Pues, yo si creo, porque se que la vida también tiene otro significado, porque se que existen otras realidades. Porque se que existen los sueños que se cumplen.
Por eso me transportare a un mundo nuevo, un mundo de sueños, de hadas y duendes. Un mundo en que una mariposa, no es un bicho; sino el ser más preciado.
Un mundo en que vos y yo, podamos convivir con mucha paz, alegría y armonía. Mi mundo mágico.
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Me llamo Flora, y eh vivido muy fuera de esta realidad. Pensando que todo lo que rodea no era parte de mi ser. Que algo dentro mio no está bien.
Soy adoptada, y de mi familia biológica no sé absolutamente nada. Hasta ese día que me encuentro un reloj, pero no cualquier reloj. El reloj sin tiempo, que me explicara mi vida, mi historia y el porque no encajo, en esta dimensión.
¿Quieren descubrir conmigo?